Tras el aumento de los medicamentos cayó la venta y cambió la modalidad de compra: algunos se venden fraccionados
En el último mes y medio los fármacos incrementaron en promedio un 85% y esto impactó de lleno en el bolsillo de ciudadanos que ante la pérdida del poder adquisitivo prefieren desistir de los remedios o llevarlos en menor cantidad.
Durante el 2023, los medicamentos se anotaron entre los productos que más subieron con alzas del 300% en promedio, así lo dieron a conocer desde el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar) para graficar el crítico panorama que atraviesa el sector.
Desde la finalización de los acuerdos de precios entre el Gobierno y los laboratorios, a fines de octubre, se registró una suba del 85% en los fármacos. En consecuencia, en San Luis las ventas cayeron y la modalidad de compra cambió.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de San Luis, Ricardo Barañano en declaraciones que formuló a El Chorrillero explicó que los ajustes más significativos se dieron luego del balotaje presidencial.
“Según lo que nos decían algunos viajantes de los laboratorios, los primeros días de enero se vendría otro ajuste más, el panorama realmente es complicado”, expresó e indicó que anhelan que el ministerio de Salud de la Nación evalúe dictar medidas para ayudar al sector y a los consumidores.
Describió que “la gente realmente se ve sorprendida por el precio de algunos remedios y particularmente disminuyeron las ventas. Recibimos muchas consultas de perfumería, pero una vez que le damos los valores prefieren no llevarlo”.
“Otro de los cambios que observamos es que ahora el cliente adquiere los medicamentos fraccionados, esto quiere decir, que por ejemplo en el formato de pastillas en vez de llevar la caja completa ahora solo compra media tira”, admitió el farmacéutico.
Por otra parte, se refirió a las medidas para la desregulación de la economía anunciadas anoche por el presidente Javier Milei que, por medio de DNU estableció que a partir de ahora se permite que cualquier persona sin título habilitante pueda estar a cargo de la farmacia, es decir, que no habrá profesionales que garanticen, bajo su responsabilidad, la calidad, origen y seguridad de los fármacos que se dispensan.
“Desde mi punto de vista, es una aberración. Pero hay que tener en claro que el apoyo que tiene un medicamento es el farmacéutico que cuenta con los conocimientos de cómo se deben utilizarlos y si vas a un quiosco, el que brinda la atención al público no tiene las herramientas para asesorar al cliente”, planteó.